"Mi amado hijo Marcos, vengo hoy del Cielo para decirte: ¡Alégrate, digno hijo de mi Santa Faz! Si hace un año antes de darte mi rostro, ya eras digna del Cielo por tus méritos, sufrimientos, oraciones, trabajo, coraje, fervor, llama de amor por mí, ¿cómo no ibas a ser digna de recibir mi rostro materno? Por eso te lo di. Por eso también os entregué el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo, instantes antes de dar mi Rostro Materno, a través de vosotros a todos. ¡Alégrate y alégrate! Toma estas alas rotas y retoma tu vuelo nuevamente, dejando todo atrás, ¡todo! Retoma tu vuelo hacia mí, retoma tu vuelo hacia tu patria, hacia tu casa que ya está preparada, garantizada y sellada, que es el Cielo, sí, un día cantarás que la guerra terminó y regresarás a mí. Hasta entonces, sufrirás muchas traiciones, muchas... ¡Toma estas alas rotas y vuela! Digan a todos mis hijos que recen mi Rosario todos los días, porque este Rosario es el camino correcto y seguro para llegar al Cielo. Todo aquel que respete y ame mi Rostro Materno recibirá de mí dos bendiciones especiales. Digan a mis hijos que sigan rezando cada día mi Coronilla de las Lágrimas, para poner fin a la guerra y alcanzar la paz para el mundo.
Hijo mío, eres mi rayo de luz, mi única esperanza. Vuelve a emprender tu vuelo hacia arriba y no te desanimes nunca. Estaré contigo y nunca te dejaré. Recuerda quién eres, tu deber y que gracias a ti en 1992 no llegó la guerra que acabaría con todo y exterminaría a toda la humanidad. Por ustedes, por ustedes, por sus oraciones, por sus méritos, los tres días de oscuridad no vinieron en 1994, por ustedes no vino un gran castigo en 1998, por ustedes también, tantas veces los castigos fueron anulados y la Tierra fue bendecida. ¡Recuerda el milagro que recientemente te realicé en tu rostro, señal de cuánto te amo y no te niego nada! Por eso, hijo mío, a ti a quien nada he negado, ni siquiera mi rostro y la comunión celestial, seguiré colmándote de gracias. Sigue, sigue el vuelo hacia arriba, sigue el camino que te mostré, siempre estaré contigo para fortalecerte y guardarte.
Diga a Mis hijos que oren mucho, porque el número de pecados en el mundo ha aumentado inmensamente y si esto no cesa, pronto vendrá un gran castigo, incluso para esta tierra de Brasil. Que recen muchos rosarios, la espada ya está colgando... Bendigo a todos, especialmente a vosotros, desde Lourdes, desde Pontmain y desde Jacarei."